CALL FOR LITERARY TRANSLATORS
Vuelvo a salir de mi “encierro” traductoril para escribir mi primera entrada en X (me da vergüenza decir cuántos, aunque sea algo tan fácilmente comprobable) meses. Aquí me vuelvo a encontrar, delante de mi ordenador portátil, intentando encontrar las palabras para justificar de forma breve mi ausencia, antes de pasar a hablar de lo que en realidad quiero hablar. La única verdad es que soy pésima para conciliar la traducción en sí (cuando estoy trabajando en proyectos de esos que te absorben y eliminan tu vida social por completo) con otras actividades relacionadas, como estar al día de noticias sobre la profesión o actualizar este mi querido blog.
Es mi propósito número uno de este año nuevo (tengo que decir que para mí los propósitos de “año nuevo” nunca empiezan el 1 de enero, sino el 1 de octubre (o el primer día del curso). Después del verano, la playa, las tapas y la feria (quien sea/haya estado por Almería me entenderá), me prometo estudiar/trabajar/investigar más, comer mejor, ir al gimnasio, revisarme los lunares (soy muy blanca y pecosa), y creo que ya he dado demasiada información. En resumen, quiero actualizar más y espero cumplirlo.
Paso al primer tema importante de hoy. La ilusión y los nervios ya nos van rondando a todos los que formamos parte de este proyecto tan guay de la Revista Traditori. Hemos trabajado mucho, y lo seguimos haciendo, para que el primer número salga como esperamos. Así que no os olvidéis de estar atentos ya que queda muy poquito para que podáis leerla. Aunque, no os preocupéis, que ya nos encargamos nosotros de dar guerra para que llegue a todos los oídos.
Y el segundo punto, y al que se refiere el título de esta entrada, es el siguiente: ¿Dónde se encuentran los traductores literarios? ¿Son una especie en peligro de extinción? O, asustados y cansados, ¿han desistido para pasar a trabajar en otros campos de la traducción? Me refiero a traductores más o menos jóvenes, de estos que nos leemos y seguimos en diferentes redes sociales, que nos comentamos y de los que normalmente suelo escuchar que se dedican a la traducción audiovisual, técnica, legal o a la interpretación. Para ellos va mi pregunta.
Últimamente he estado reflexionando sobre este tema. Cuando empecé la carrera de Traducción e Interpretación, acaba de licenciarme en Filología Inglesa. Imaginaos, una típica amante de la literatura y con el sueño de traducir apasionantes novelas en una casa preciosa y acogedora en el Sur. Cursé, obviamente, todas las demás especialidades, y la verdad es que varias de ellas me encantaron, pero como ninguna te limita solo a ella, pensé que mi trabajo ideal sería traducir literatura siempre y otro tipo de textos de vez en cuando. Mi realidad es completamente lo opuesto, y me pregunto si hay por ahí traductores que lean esto y a los que les haya pasado algo parecido.
Sin duda, en mi opinión, conseguir vivir de la traducción literaria es muy difícil (al menos con mi combinación lingüística). Pero no me quejo. Me gusta lo que traduzco pero no pierdo la esperanza de llegar a traducir más de lo que me apasiona. A veces lo dejo un poco de lado por cansancio o por estar muy ocupada con otras traducciones. Pero de repente me vuelve el gusanillo y vuelvo a hablar con editoriales, agencias, escritores. Ahora he empezado un curso de traducción literaria online, muy interesante y del que probablemente os hablaré en una próxima entrada.
Pero entonces, decidme, traductores literarios… ¿Hay alguien ahí?